Rocío Ormazábal detalla que el fenómeno se debe a una diferencia en la intensidad de los vientos que soplan bajo y sobre ellas.
Por Julio Matus
Para los que aguantaron el frío en Santiago y se levantaron temprano, el cielo del primer día de julio les tenía una tremenda sorpresa: un tren de nubes onduladas que, en lenguaje técnico, se llaman altocúmulus ondulatus.
Rocío Ormazábal, máster en meteorología, y climatología, tiene en instragram una cuenta (@observanubes) que divulga todos estos fenómenos. Por supuesto que no dejó pasar este espectáculo que recuerda a cuando alguien lanza una piedra en un lago y comienza a avanzar pequeñas olas.
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