El grupo de estudiantes e investigadores del (CR)2 dedicado a la divulgación y educación en cambio climático, finalizó 2019 presentando un taller en la Zona Verde de la COP25 en Madrid, e inició el nuevo año con una activa participación en el Programa de Indagación Científica para la Educación en Ciencias (ICEC) del Ministerio de Educación dirigido a docentes de Educación Parvularia, Diferencial, Básica y Media.
Por Nicole Tondreau Lira
En 2016, estudiantes del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 comenzaban a dar forma a la Red de Educación Latinoamericana por el Medio Ambiente (RedLama), iniciativa para generar conciencia sobre los impactos del cambio climático en la comunidad escolar. Casi cuatro años después, el grupo ha puesto su foco en apoyar a los docentes en la enseñanza de las ciencias del medio ambiente y el cambio climático, y cuenta a su haber con el desarrollo de una guía de actividades sobre cambio climático junto al programa EXPLORA del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, y su participación de la COP25 de Madrid en diciembre de 2019, entre otros proyectos y actividades.
Macarena Troncoso, magíster en Oceanografía de la Universidad de Concepción y coordinadora de RedLama, analiza cómo ha evolucionado la red en estos años y que incorpora tanto a las ciencias sociales como naturales en la educación del cambio climático y que busca contribuir al desarrollo de herramientas para facilitar el aprendizaje.
¿Qué actividad de RedLama destacarías del año 2019?
Destacaría el desarrollo de material didáctico, como la Guía de actividades para el desarrollo de la Indagación Científica sobre Cambio Climático en Chile (GADIC4), ya que se logró transferir el conocimiento generado en el (CR)2 a través de un lenguaje mucho más simple y con foco en educadores y educandos. La guía hace énfasis en el cambio climático en Chile e incentiva a desarrollar indagación científica de manera práctica y a nivel local, que por lo demás hacía falta en la educación ambiental en nuestro país, porque por lo general es un contenido que se aborda a nivel más global.
¿Qué desafíos tiene RedLama para 2020?
Durante 2019 nuestro objetivo fue llegar a los docentes y lo conseguimos. En 2020 queremos profundizar esa relación e implementar herramientas para poder crear cursos y programas que vayan en beneficio directo de los educadores. Una acción más puntual es hacer un seguimiento de los actores que están utilizando nuestra guía de actividades GADIC4 para obtener su retroalimentación y así mejorar el documento. Sabemos que el PAR EXPLORA Región Metropolitana Sur Poniente ha promocionado la guía entre los docentes, pero también sabemos de manera informal que otras instituciones también la están utilizando.
Otro de nuestros desafíos para el año 2020 es abordar la educación ciudadana a través de talleres y programas que permitan la interacción entre expertos del área científica, ambiental y social con la ciudadanía con el objetivo de responder a las demandas socioambiental, socioecológicas y socioemocional que surgen a partir del estallido social del año 2019.
¿Cómo evalúas el proceso que ha vivido RedLama desde su conformación en 2016?
En un inicio, RedLama estaba conformado mayoritariamente por estudiantes de las ciencias naturales o exactas lo que permitió desarrollar y participar con charlas, talleres y proyectos científicos escolares en distintas iniciativas de nuestro país. Sin embargo, durante el año 2019 se incorporaron estudiantes provenientes de carreras de las ciencias sociales, lo que generó un espacio de mayor integración e integración con la comunidad. Por eso, hoy reafirmamos que nuestro objetivo ya no es sólo transferir conocimiento, sino de qué manera se comparte ese conocimiento, de qué forma está llegando el mensaje y cuál es el impacto en el desarrollo personal, incluso desde un punto de vista psicológico. Así como existen personas como Greta Thunberg a las que el cambio climático las lleva a actuar, hay otras personas a las que el cambio climático las paraliza. Por esta razón, la comunicación, divulgación y educación requieren ser llevadas a cabo bajo una gran responsabilidad, ya que son el motor de la ciencia en cuanto a la sensibilización de la ciudadanía en temas como cambio climático y medio ambiente y que hoy nos afectan de manera directa e indirecta.
Pongo como ejemplo el proyecto Invernalia, un proyecto de investigación científica escolar, cuando iniciamos el proyecto nuestro objetivo era transferir y fortalecer el conocimiento sobre cambio climático en estudiantes de enseñanza media de una escuela rural, finalmente, al finalizar el primer año del proyecto, nos dimos cuenta que hubo un impacto mucho mayor y que fue más allá del conocimiento, es decir, logramos impactar en el desarrollo personal de las niñas que participaron en él. Junto con Josefina Pedreros, profesora que lideró el proyecto, nunca nos imaginamos que el proyecto Invernalia iba a lograr conseguir algo tan importante como mejorar la autoestima de las estudiantes y cómo la ciencia iba a apoyar su crecimiento personal mediante la incorporación del pensamiento crítico, el cual es útil en todo ámbito de la vida.
¿Por qué crees que los jóvenes están demandando más acción sobre el cambio climático en la actualidad?
La actual generación de jóvenes, en su mayoría, posee un conocimiento base sobre el cuidado y protección del medio ambiente gracias a docentes y educadores que han incorporado la educación ambiental de manera transversal en el sistema escolar, además de planes y programas de estudio que surgen en el año 2009 a partir de la promulgación de la Ley General de Educación (Ley N°20.370 o LGE) y que rige hasta la fecha, dicha ley establece como principio la sustentabilidad, indicando que “el sistema (educativo) incluirá y fomentará el respeto al medio ambiente natural y cultural, la buena relación y el uso racional de los recursos naturales y su sostenibilidad, como expresión concreta de la solidaridad con las actuales y futuras generaciones”.
Por otra parte, parece ser que el libre y rápido acceso a internet, ha facilitado la comunicación y traspaso de información donde las demandas ciudadanas respecto a la protección del medio ambiente y cambio climático parecen ser las más populares, un claro ejemplo es el movimiento Fridays For Future iniciado por la activista Greta Thunberg en agosto de 2018 que ha generado movilizaciones masivas en diversas partes del mundo, incluido Chile, con millones de personas exigiendo a los gobiernos del todo el mundo mayores medidas para combatir el cambio climático para resguardar un futuro viable en nuestro planeta, es así como se ha visto reflejado en las calles de nuestro país a través de marchas (lienzos, carteles e intervenciones), asambleas, organizaciones ciudadanas, entre otras.
¿Qué rol crees que jugarán los jóvenes y su preocupación por el cambio climático en el proceso constituyente que se avecina?
Solo observando los carteles en las marchas te das cuenta que son los jóvenes los que están colocando el tema socioambiental en la palestra. El cambio climático y el medioambiente son parte del eje central de las demandas sociales para los jóvenes en el proceso constituyente,, especialmente el recurso hídrico, el cual es un reflejo de la actual brecha económica y social que vive nuestro país. Los jóvenes sienten que finalmente el agua pertenece a quién tiene más dinero, y que faltan derechos éticos y ecológicos, y de protección de la naturaleza
¿Cuál es el mayor desafío que enfrentan los docentes en la enseñanza sobre cambio climático?
Adquirir la información actualizada y adaptarla a los distintos planes y programas de educación ya que hasta la fecha no se ha implementado un programa que permita insertar los conceptos de cambio climático en las bases curriculares. En tanto, también se debe considerar que la mayoría de los docentes en ejercicio que provienen de las carreras de pedagogía no cuentan con una base científica que haga relación con el cambio climático debido que el tema es reciente (no más de una década) y no se encuentra formalmente como una asignatura en sistema escolar chileno. Por lo tanto, se debe considerar en el presente y futuro un plan de educación ambiental formal e informal que permita a educadores y educandos tener acceso a la alfabetización científica y de esta forma comprender las bases del cambio climático y así poder alcanzar un futuro sostenible y sustentable.